Primer año de Milei: superávit, baja de la inflación pero casi la mitad de las familias argentinas en la pobreza

Un nuevo informe del Centro RA de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA analiza varios aspectos de la economía durante el primer año de gobierno de Javier Milei.

La gestión se caracterizó por estabilizar desequilibrios macroeconómicos a través de una devaluación, la eliminación de regulaciones y una fuerte contracción del gasto público. Esto tuvo como consecuencia aumento de desempleo, caída real de los ingresos, aumento de pobreza e indigencia, recesión en sectores claves y caída del consumo.

El estudio del Centro de Estudios para la Recuperación Argentina dependiente de la FCE (UBA) revela que los salarios crecieron 14 puntos porcentuales por debajo de la inflación y los salarios del sector público fueron los más golpeados, debido a que su incremento se encontró por debajo del aumento de la inflación en aproximadamente 41 puntos porcentuales.

Y agrega que la pobreza y la indigencia son los indicadores más preocupantes de la gestión del gobierno hasta el momento. Aunque los niveles heredados del gobierno anterior ya eran elevados —41,7% de las personas y 31,8% de los hogares se encontraban en situación de pobreza—, las políticas de ajuste implementadas por el gobierno de Milei han provocado un aumento significativo en este sentido. En términos de personas, la pobreza subió al 52,9% (+11,2 p.p.), mientras que en los hogares alcanzó el 42,5% (+10,7%). Este último dato es especialmente alarmante: en Argentina, casi la mitad de las familias son pobres.

Por su parte la actividad económica también se vio afectada de manera negativa en forma significativa:. En septiembre de 2024 la actividad económica cayó (en términos interanuales) aproximadamente un 3,3%.

Las actividades que producen la mayor generación de empleo son las más afectadas.

En septiembre del 2024 la construcción mostró una reducción de su actividad en casi un 17%, la industria manufacturera cerca del 7% y el comercio, tanto mayorista como minorista una caída de la actividad de aproximadamente el 8% (todas estas comparaciones en términos interanuales)

La industria fue uno de los sectores económicos más castigados de la economía por el ajuste. El último dato oficial muestra que la producción industrial se redujo aproximadamente en un 6% en términos interanuales en septiembre de 2024. Los sectores más perjudicados fueron los productos textiles (-7,7% interanual) y las industrias metálicas básicas (-16,6% interanual).

Tras implementar un fuerte ajuste fiscal, una contracción de la actividad económica y la pérdida del poder adquisitivo de los ingresos de los argentinos logró estabilizar la inflación en torno al 2,7% mensual. La devaluación aplicada al comienzo del mandato, junto con la eliminación de regulaciones y controles de precios, resultó en una inflación acumulada cercana al 160% durante los primeros 11 meses de gestión. Este valor supera incluso una de las peores marcas desde la salida de la convertibilidad: los últimos 11 meses del gobierno de Alberto Fernández, que reportaron una inflación acumulada de aproximadamente 148%.

Los rubros que mostraron incrementos de precios más significativos fueron la salud, el sector de transporte y el sector de las comunicaciones.

La alta inflación y la caída real del salario consecuentemente impactaron en las ventas, tanto mayoristas como minoristas. Según el último dato del INDEC, las ventas en supermercados minoristas cayeron poco más del 10% en agosto de 2024 en términos interanuales, mientras que las ventas mayoristas lo hicieron en casi 15% para el mismo mes.

En relación con el tipo de cambio, el gobierno implementó una fuerte devaluación al inicio de su gestión, lo que provocó un aumento del tipo de cambio real y una mejora temporal en la competitividad. La devaluación contribuyó al aumento de la pobreza, la indigencia y el espiral inflacionario y ya perdió su impacto competitivo en apenas 11 meses, haciendo necesaria una nueva devaluación para recuperar competitividad.

Según el informe, la devaluación también generó efectos positivos, al permitir revertir el déficit de balanza comercial heredado del gobierno anterior. Durante los 11 meses iniciales de la gestión de Milei, se registraron superávits comerciales consecutivos, con una notable acumulación de dólares provenientes del comercio exterior. Sin embargo, la apreciación cambiaria pone en riesgo la continuidad de este superávit sin una corrección del tipo de cambio real.